...salió de atenderse y volvió a acercarse a estas viajeras (Magui y yo) que invadieron la sala de espera de dermatología contando sus anécdotas de viaje y algunos cuentos
Ya habíamos servido nuestro pic-nic de lectura sobre el piso de la sala. Ella lo primero que hizo no fue agarrar alguno de los libros que le ofrecimos, sino pedir el caracol que cuenta historias y se lo puso pegado a su oreja para disfrutar la primera.
Al rato le pregunté qué historia le había contado y me dijo un poco desilusionada que ninguna. Le insistí que escuchara de nuevo y que prestara mucha atención.
Lo acercó nuevamente a su oreja con deseos de oir algo y al rato me dijo entusiasmada que le había contado la historia de una nena que estaba triste porque la mamá no la dejaba ir a la plaza....y qué pasó?- pregunté curiosa; “después la dejó y se fue contenta”.
Ella se paró, me dio un beso y se fue con su mamá.
...”subí una montaña 3500 m caminando y ahí arriba había un viejito que me regaló esta piedra mágica, si uno la frota y mientras pide un deseo se le cumple” – esto es lo que dije al mostrarles la piedra de cuarzo, uno de los objetos recogidos en uno de nuestros viajes.
A esta altura, ya estábamos rodeadas por chicos y las mamás de los chicos que se sorprendían y divertían con nuestras anécdotas de viajes. Ahí mismo los invité a los chicos a pedir un deseo. Entre las manos que se extendían para frotar la piedra aparecieron no sólo la de los niños, sino también las de sus mamás que también se animaron a creer en nuestra piedra mágica.
...” les conté que también viajé por la India y en ese lugar las vacas son sagradas como dioses y las vacas te regalan cosas....cuando uno acaricia una vaca ella en agradecimiento te abre la boca, saca la lengua y ahí está el regalo una adivinanza"- esto era lo que contaba Magui y se aparecían un sinfín de adivinanzas de frutas, animales, verduras y demases.
Adriana Paula García (narradora del equipo Voces que Cuentan)
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