lunes, 21 de enero de 2008

Hay otro mundo que se llama….

El primer día, a partir de la frase “Hay otro mundo que se llama…”, inventamos nombres de mundos, que colocamos en el dibujo de una pared de ladrillos.
Surgieron los siguientes nombres:

Dulcinea, el mundo de dulces
Monstrolandia
Un mundo mágico


Al día siguiente les pedimos a algunos chicos que cuenten algo sobre esos mundos cuyos nombres crearon.
¡Y surgieron las siguientes historias!

Dulcinea, el mundo de dulces
En el mundo de dulces había un rey muy dulce que comió muchos dulces. La gente era de chocolate y se comieron un palacio hasta la cascada que era de chocolate blanco. Encontraron al rey de chocolate, se comieron el rey y todos fueron reyes. Y dividieron toda la plata…Todos vivieron felices para siempre. Fin.

Sol, 6 años

Monstrolandia
Había una vez un mundo llamado Monstrolandia. Había muchos monstruos. Uno se llamaba Luco, otro Linco y el tercero Trunx. Esos eran los más malos. Habían más, pero esos eran terribles. Luco odiaba a Linco porque era el que más temían. Siempre Luco quiso ser el más malo pero nunca le salió. Por lo tanto Trunx era el que asustando mataba por lo feo que era. Un día salieron los tres malvados monstruos y el que más asustó era Trunx.

Lautaro, 7 años, Traumatología, Hospital Garraham
Viajamos al espacio
Luego de la narración “Los tres astronautas” de Humberto Eco, les preguntamos:
¿Qué sabés del espacio? ¿Te animás a contar un cuento?
Gabriela de 10 años, paciente del Hospital Gutierrez, nos contó esta historia:
Había una vez en el espacio una nube que estaba perdida. Querían ir a Marte y se estrelló con un meteorito y se cayó en un planeta llamado “Tierra”. Después de una semana encontraron la nave, fueron tres chicos que estaban jugando a la pelota. Ellos entraron y un nene encontró un tesoro, eran joyas. En el espacio los dueños de la nave lo estaban buscando, pero para encontrar las joyas. Ellos se fueron a la tierra y buscaron las joyas, uno de los extraterrestres dijo: “¡es inútil, nunca lo vamos a encontrar!”. Los chicos pasaron por al lado de ellos y los extraterrestres los vieron y le dijeron: “¡Esas joyas son nuestras!” y se pelearon. Al final uno de los chicos dijo: “¿Por qué no compartimos?”. Y al final se entendieron, se quedaron con la mitad cada uno y los extraterrestres se fueron.Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.

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